El primer caso de muerte atribuida a la combustión humana espontánea con fecha conocida ocurrió en 1725. El caso fue recogido por el francés Jonas Dupont en el libro ”De Incendiis Corporis Humani Spontaneis” (Sobre el fuego espontáneo en el cuerpo humano). Dupont se inspiró en el caso de un hombre que fue juzgado por el asesinato de su mujer. La víctima, Nicolle Millet, había sido hallada quemada en una silla que permaneció indemne. Durante el juicio, un joven cirujano llamado Nicholas le Cat (...)