Cobramos la soldada, nos quitamos el uniforme de impenetrables y salimos de allí echando humo, dando un portazo con la chirriante puerta de la taquilla. Nos espera un tiempo de reflexión, un tiempo que otros nos han dejado, porque les sobramos, porque no nos aguantan más. Aquí nadie decide nada, pero ahí esta la puerta. No sabemos que sacaremos de todo esto, pero intentaremos que alguien lo pague. Por adelantado, a ser posible... Tened feliz descanso, y no deis tregua a nadie en la disputa!! (...)